Te olvidaste tus besos
vagando entre mis sábanas.
Olvidaste también tu
aroma
indeleble ya en mi piel.
Quedó tu risa
revoloteando en los rincones,
como queriendo quedarse conmigo un rato más.
Veo todavía tus ojos encandilándome en lo oscuro…
como si fueran la única luz que tengo en este mundo.
Siento todavía tu presencia…
como certeza de todas
mis preguntas.
Y entre tanto
descuido o regalo misterioso,
nunca olvidaré que tu Alma se unió fugazmente a la mía….
Agustín Pablo Cardozo.
02 de Octubre de 2011-
Noviembre 2012.
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